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miércoles, 13 de enero de 2016

Nos, Televidentes

Nosotros los Televidentes
Pedido
Esto es un pedido a los productores y directores de la televisión argentina, respecto a los noticieros, canales de noticias y programas de actualidad política.
No soy del gremio. No entiendo. Soy una televidente. Público. La que consume (o no) lo que emiten.
Y no me gusta lo que veo. Es pobre, berreta, de cabotaje, chanta, mal intencionado, viejo, obsoleto, vetusto.
Es de mala calidad no sólo respecto a los noticieros y canales de noticias del primer mundo (Francia, España, BBC, Alemania, RAI o cadenas norteamericanas).
Es mala respecto a la televisión de Uruguay, Colombia y la misma Telesur.
Falta de muñeca
Luego de las elecciones del año 2015 pensé que los productores iban a entender que el ánimo del público, y sus gustos habían cambiado.
Hubo preavisos. Las marchas del año 2014 y la del 18/02/2015 en homenaje al asesinado Fiscal General Alberto Nisman.
Hubo tiempo. La primera vuelta electoral fue en octubre. Dio tiempo a todos los responsables de programación para reevaluar lo que emitían y prepararse para un formato nuevo.
Nuevas caras, nuevos decorados, nuevos contenidos.
Nada.
Luego pensé que durarían hasta el 31 de diciembre, fecha previsible de finalización de los contratos, pero que ya para las fiestas estarían anunciando la nueva programación de enero.
Nada.
El público explicita taxativa y estadísticamente una nueva preferencia y los canales de televisión no lo registran.
Raro.
O no. Porque tal vez los canales no viven del rating (el que decide si una fábrica de detergente les pone un aviso o no) sino de otros ingresos, (el estado o venderles chivos a los políticos).
Es la única explicación para la falta de conexión de los responsables de programación y el públicos.
Todo lo que está mal
Detallaré, con el fin de colaborar y que los canales emitan lo que a mí me gusta, todo lo que veo mal en los noticieros, canales de noticias y programas políticos.
Es tanto lo que está mal, que no sé por dónde empezar. Así que lo haré desordenadamente.
Los decadorados son berretas. Los presentadores están mal vestidos, peinados y maquillados. En particular, a las damas, las visten como si fueran a ir a una bailanta de mala muerte. Mujeres feas y gordas (lo que no impediría en absoluta su trabajo) vestidas como veinteañeras modo sábado a la noche. Ruedo corto, colores chillones, ropa brillosa, ruedos irregulares, blusas con hombros al aire. Todo da una imagen de falta de profesionalismo.
Aventuro que la razón es que los canales no gastan dinero en uniformes y las visten con canje, canje con locales berretas, de ropa hecha en China o en talleres clandestinos. Berreta sub-berreta.
Contrasta con la pulcritud de los noticieros de todos los países desarrollados y de Telesur. Con este último canal puedo tener divergencias de contenido, pero sus presentadores visten bien, hablan pausado y claro, en castellano entendible, y sólo presentan la noticia. No comentan si se pelearon con el cuñado.
El comportamiento de los presentadores es inadmisible. Largos minutos hablando de temas personales. Chascarrillos internos. Supuestos bloques de humor (lejos de tal condición), con el claro objetivo de hacer tiempo. Más allá de ser un humor mediocre e inimaginativo, es ejecutado por amateurs, lo que lo convierte en patético. Pienso en particular  los bloques de Nelson Castro y el bloque de VanderKooy y Blanck. Pero no son los únicos.
La producción es pobre. Noticias mal investigadas, falta de cámaras, inexistente cobertura del interior, no solo de profesionales propios, sino que los canales de noticias ni siquiera han desarrollado una red free-lance en el interior del país.
Claro caso fue cuando el atleta Dr. Crismanich ganó la Medalla de Oro Olímpica.  No había un solo medio que estuviera en Corrientes para cubrir una nota a su familia. En contraste, la televisión colombiana cubrió perfectamente la algarabía de familiares y vecinos frente al triunfo de la atleta Mariana Pajón (ciclismo).
La falta de profesionalismo se comprueba en todos los rubros. Cuando es el momento de cubrir el Dakar, Fox tiene una sola persona que habla inglés (Fossaroli), el resto balbucea pocas palabras, incluido el enviado de Canal 7. Un torneo con una alta participación de corredores franceses hubiera hecho pensar que tendrían 1 (uno) que hablara francés. No.
Es indispensable que cuando hay que cubrir un evento internacional, se le tome un examen de aptitud a las personas que envían. Es básico. En la Argentina hay muchas personas que hablan idiomas extranjeros. Cualquiera lo haría mejor. Por ejemplo, llamar a los egresados del Liceo Francés o a las personas que terminaron la Alianza. Y ver si alguien hace periodismo. O, dado que hace años que se hace en el país, pagarles clases a los enviados.
La cobertura del mundial de football en Brasil es particularmente descriptiva. Los canales enviaron decenas de personas, con un considerable gasto. Ninguno sabía nada, parecían cualquiera de nosotros hablando con un compañero de oficina, parando a las personas por las calles para las preguntas más ordinarias. Sin embargo ninguno (o casi ninguno) sabía hablar inglés. Por lo que si se llegaban a cruzar con algún jugador extranjero estaban totalmente imposibilitados de elaborar una pregunta. 
Todo es de cabotaje, porque no tiene más bloque internacional. Hace muchos años atrás, teníamos enviados internacionales nuestros cubriendo distintos eventos en el mundo.
Ahora ni siquiera hay un bloque internacional relevante en ningún noticiero (no importa la ideología). No hay. Ni siquiera comprado en paquete al exterior. Tiene que suceder algo totalmente extraordinario para que lo pasen.
Las noticias son de un cabotaje exasperante. Horas y horas por un asalto en Lanús. Puterío. Y una falta absoluta de criterio para mensurar la importancia de las noticias.
Si ya no existen profesionales con esas habilidades, sugiero que copien los formatos de los noticieros extranjeros, hasta que se reaprenda el arte. Bloque internacional, bloque político nacional, bloque económico, noticias del interior del país, judiciales/policiales, breve bloque de notas de color. No es tan difícil. Una lega como yo lo sabe.
El punto insoslayable son las personas que vemos en la televisión. Hay personas que se deben ir. Que los asociamos con lo que se fue. No sólo en Canal 7. En TN, en América, en Canal 26. Ya está, no los queremos ver más.
Nadie dice que no trabajen. Pero no pueden estar más en los horarios centrales. Que subsistan en Metro, como muchos buenos periodistas tuvieron que hacerlo por doce años.
Son personas asociadas con el régimen que se fue. En el caso de TN si bien estuvo en la oposición, no fue así los primeros años, y las caras visibles están indefectiblemente asociadas con ese ida y vuelta. 
Resulta obvio en algunos casos la falta de profesionalismo y aptitud para cubrir esas posiciones (vocabulario reducido, errores de dicción, errores de concepto, falta de cultura general y a veces desconocimiento mínimo sobre el entrevistado o el tema a tratar).
El formato de los programas de política es calcado. Reciben funcionarios o candidatos, los cuales se repiten a todo horario y canal. Resulta sospechoso esa falta de figuras con conocimiento específico en los temas o la falta de pluralidad. El primer pensamiento es que estos anfitriones alquilan los espacios al mejor postor, y el que está dispuesto en poner dinero resulta invitado. 
Presumo, asimismo, una enorme haraganería en buscar expertos o profesionales en el tema. Con raras excepciones, como puede ser Odiesea Argentina, que no tiene invitados convencionales y sí expertos en tal o cual tema.
Es llamativo la falta de tiempo dedicado a los problemas internacionales. En un país que debería vivir de la exportación, y con dos conflictos internacionales abiertos, Malvinas e Irán, nadie es invitado a explicar a la población, los cambios que se producen en el mundo, los bloques políticos o económicos que se conforman o los impactos que tendrán en nosotros. Cabotaje.
Que me gustaría
Quisiera que todos los periodistas jóvenes que fueron excluidos de la TV tuvieran su posibilidad.
Me gustaría que se vayan los viejos que fueron cómplices canallas durante doce años K, tomaron posición pro o anti Clarín al final y le hicieron campaña a Scioli.
Que los carcamanes, como sea que piensen, se vayan.
Que los que venden espacio, como Montenegro, que tuvo día por medio a un tal Lorenzino (personaje menor si los hay), u O’Donell, se vayan.
Que los presentadores y anfitriones sean profesionales en cámara. Cero comentarios personales. 
Que a las damas las vistan bien. Si no tiene dinero en la producción, un (1) traje sastre, ruedo a media rodilla, bien peinadas, y punto.
Que los noticieros tengan un formato convencional. Con bloques fijos. Si no saben cómo hacerlo, hasta que aprendan, que copien cualquier noticiero español o de la BBC.
Que sean sobrios. Tipo Prat Gay. Sin chascarrillos, sin chistes, sin comentarios personales. Sólo presenten la noticia. Y que la producción trabaje. Que las noticias estén bien elaboradas.
En cuanto a los canales de noticias, que tengan tiempos prepautados sobre el tipo de noticia. No puede ser que desaparece una adolescente con exceso de actividad hormonal y estén 24x24. Mientras tanto pasan cosas, tiran un avión en Ucrania, hay un terremoto en Japón, destituyen algún intendente en alguna provincia, destraban la importación de carne argentina en EEUU. 
En cuanto a los programas políticos, el sistema de alquiler de espacios es evidente y desmotiva al televidente. 
Denle producción a los anfitriones y que sea invitada gente que sepa. El país necesita pro-fe-sio-na-lis-mo, en todos los órdenes. 
Si hablan de química, que venga un químico, si hablan de relaciones internacionales, un egresado de la carrera diplomática, y así. No es difícil. 
Resulta exasperante que en un noticiero llamen a, por ejemplo, un zoólogo, para preguntarle por tal o cual plaga, y sea interrumpido por la presentadora del canal, que le discute al pobre hombre, como si pudiera. 
Y básicamente, darle lugar a caras nuevas, con contenidos nuevos y formatos nuevos. (Por favor, no imiten el berreta decorado de PTP).
Nombres nuevos que conozco: Luis Gasulla, Emilia Delfino, Rodrigo Alegre, Nicolás Lucca, Luis Gasulla, Christian Sanz, José M. Stella, Ignacio Montes de Oca, Federico Poore, Ramón Indart, Virginia Messi, Juan Manuel Bordón, Gustavo Grabia, Nicolás Wizñaki o, una persona con trayectoria e injustamente marginado, Matías Longoni. 
Seguro hay muchos más, pero puse a quienes leo y sigo. Existen numerosos periodistas del interior que no tienen oportunidad alguna en los medios capitalinos, cuando hoy es perfectamente posible grabar, con la misma calidad, en Córdoba, Santa Fe o Posadas.
Hay material humano para cambiar de cuajo los formatos y los contenidos. Supongo que de igual manera hay un ejército de productores, que pueden jubilar definitivamente a los Blanck, Morales Solá, Nelson Castro, Montenegro u O’Donell, caras visibles de una operación mediática, que tenía como único objetivo, quebrar nuestra voluntad. 
Verdaderas quintas columnas.
Vaya aquí mi aporte como televidente.
Quiero calidad, quiero que los canales gasten dinero en producción y en particular, en selección de personal.
Espero que se termine el tiempo que para tener un lugar, lo imprescindible sea ser alcahuete, y pase a ser importante, ser profesional.
Espero que tengan que hacer buenos programas y conseguir publicidad, sin vivir de la pauta oficial. Y si ésta existe, que exija, al menos, el mismo nivel de profesionalismo de la tendenciosa Telesur.
Espero.

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