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miércoles, 19 de abril de 2017

FRANCIA

FRANCIA

French_departmental_elections_First_round_leading_party.png
Resultados elecciones cantonales 2015. En azul oscuro, primera
minoría Frente Nacional, en azul claro la centro derecha, en rosa distintas
versiones del socialismo.


El próximo domingo 23 de abril de 2017 hay elecciones generales en Francia para presidente. En caso de ser necesario, habrá segunda vuelta el 7 de mayo. El sistema de ballotage en Francia es el tradicional: para ganar se necesita la mitad más uno de los votos.
¿Quién ganará? Probablemente alguien del establishment.
Voy a tratar de exponer lo poco que sé.
Hablaré de:
  1. las encuestas.
  2. las últimas elecciones de 2015.
  3. los candidatos y qué intereses representan.
  4. qué creo que pasará.


  1. Las encuestas
schapiro polls french election.png
Elecciones francesas, tuit de Alejo Schapire, encuesta IPSOS.
The Telegraph:

telegraph 18 abril.png

Le Monde:
sondage le monde.png


Todas coinciden.
Algunas consideraciones: como quedó claro en nuestro país en 2015 y en GB y EEUU en 2016, el objeto de las encuestas que se publican no es informar sobre la intención de voto sino que son una herramienta de propaganda política. Tienen por objeto persuadir al indeciso a votar por quien sea que paga la encuesta (“votar al ganador” y/o inventar al ganador) y/o desanimar al que desafía el status quo. Hacerle creer al challeger, al underdog que su resistencia es fútil [1].


  1. Los resultados electorales 2015
Es el último dato no manipulado que tenemos.
El cuadro presenta los votos obtenidos por cada partido para presidente de la región [2]:
resultados nacionales elecciones diciembre 2015 primera vuelta en francés.png
De los votos emitidos en diciembre 2015, todas las listas de izquierda, lideradas por el partido socialista de Hollande, obtuvieron el 36% de los votos (7,8 MM), el centro, que en ese momento era comandado por Sarkozy (hoy defenestrado), obtuvo casi el 32% (6,9 MM) y Le Pen, con su partido nacionalista - maliciosamente denominada extrema derecha - obtuvo casi el 28% del total (6,1 MM).
Votaron un poco menos de la mitad de los empadronados.
Las cifras varían mucho por región. Le Pen se presentó como candidata de una de ellas y obtuvo el 41% de los votos, su sobrina, en otra región, logró el 45%.
Todas las regiones fueron a segunda vuelta pocos días después. Los partidos del sistema (el de Hollande y el de Sarkozy), en un acuerdo que hicieron público, decidieron apoyarse mutuamente, región por región. Aconsejaron a sus simpatizantes a votar al contrincante del Frente Nacional (Le Pen), independiente de quien fuera el candidato o su partido, con el objeto de evitar el acceso al poder ejecutivo regional al Frente.
La estrategia fue un éxito y el Frente Nacional, a pesar de haber sido la primera minoría en 6 de las 12 regiones continentales (las elecciones también fueron en Córcega y en las Antillas), no pudo obtener ninguna de ellas.
Es razonable que todos los partidos del establishment reiteren la estrategia ahora en 2017 con el objeto de dejar afuera a Le Pen.
Le Pen, buena, mala o regular, es la única antisistema hoy en día. Veremos por qué.


  1. Candidatos
Para la primera rueda electoral hay una docena de candidatos. Veremos los principales.
  • Macron - Malénchon - Hamon
Macron y Mohamed Saou. El líder islámico invita a los
musulmanes franceses a votar a Macron.
Emmanuel Macron
De 39 años, hijo de un profesor de neurología y una médica, estudió el secundario en un colegio jesuita. Se graduó en Filosofía. Posgrado en la Escuela Nacional de Administración (paso casi obligatorio para formar parte de la burocracia jerárquica francesa junto con la Politécnica). Entró como Inspector de Finanzas (auditor interno interministerial) y luego fue al área privada, específicamente a la banca de inversión en la Banca Rothschild. Se afilió al partido socialista (2006-2009). Hollande lo nombra como secretario del Gabinete de Ministros en 2012 y como Ministro de Economía en 2014. En abril 2016 funda un movimiento político “En Marcha” y en agosto 2016 - cuatro meses después - renuncia a su posición de ministro para abocarse a la carrera presidencial. Lo repito por si no queda claro: abrió un partido político distinto al partido gobernante mientras seguía siendo ministro de Hollande.


Jean-Luc Mélenchon
De 65 años, nacido en Marruecos, se afilió al partido socialista en el año 1976. Fue concejal de su cantón, ministro adjunto de Educación Profesional [3]. Posteriormente fue electo diputado en el Parlamento Europeo por el Frente de Izquierda. Es el ala izquierda del partido socialista.


Benoît Hamon
De 49 años, miembro del partido socialista, fue diputado del Parlamento Europeo y ministro de Economía Social bajo las órdenes de Macron. Luego, brevemente, ministro de educación. Se presentó el año pasado a las internas del partido y le ganó a Valls (una especie de Marquitos Peña francés).
Valls fue Ministro del Interior y luego Primer Ministro de Hollande. Valls renunció para pelear la interna del partido, que perdió contra Hamon. Hamon, un ministro menor, le ganó al heredero del gobierno, su primer ministro.
Hamon empezó bien en las encuestas y ahora va quinto.


¿Por qué puse a los tres juntos? Porque la izquierda va dividida en dos partes importantes y una menor. La idea es que el bagaje de electores que llevó al gobierno a Hollande sea retenido por alguno de ellos.
Macron. Es el clásico candidato prefabricado. Es una mezcla de Prat Gay y Redrado en su historial y con la premeditación de un producto sintético como el actual presidente de México, Peña Nieto.
Establishment: uso la definición de Farage. El que defiende la Unión Europea, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Europeo, los grandes bancos privados o mixtos, las grandes compañías. El sistema. Saben que Macron es un tipo probado. Estuvo de Ministro de Economía y fue obediente y funcional a sus intereses. El establishment francés tiene mucho que perder si les sale un antisistema (como Farage, como Le Pen). En mi opinión, Le Pen continuaría defendiendo los intereses de las grandes empresas francesas como ELF, Total, las automotrices francesas, las compañías de seguros, y especialmente la banca, si ganara. Pero no lo dice y siempre es mejor jugar sobre seguro.
Cabe repetir que es muy probable que tanto la banca europea como las compañías de seguros francesas estén quebradas y que mantienen sus balances con la sobrevaluación de títulos.
Parte de esa cortina de humo se vislumbró el año pasado con el Deutsche Bank, cuando declaró pérdidas monumentales y la familia real Qatarí salió a poner capital en el banco para que no quiebre.
Los franceses, en compañías del estado o mixtas, tienen numerosos negocios que no deberían ver la luz (y nunca la verán) en África [4], principalmente, y en Europa (por ejemplo con bonos soberanos griegos).
Existe todo un sistema armado que depende de que Francia se quede en Europa, que sea socia de Alemania y que todo siga como hasta ahora. Que Francia siga con la agenda de Davos, el globalismo, la eyección de industrias, la importación de no franceses, etc. La agenda que conocemos.
Pero más aún, necesitan personas confiables, como Macron, para que continúen con todo el status quo de las compañías de seguros y bancos, y las compañías multinacionales francesas, la colocación de bonos en forma más o menos coactiva a griegos, italianos, portugueses y españoles, el programa del Acuerdo de París para el Calentamiento Global y, ahora, lo más importante, continuar con el plan de un Ejército Europeo, motorizado por Alemania.
Tanto la izquierda (el Partido Socialista) como el partido de centro (Sarkozy, hoy Fillon), son idénticos en el apego a este programa Unión Europea-Davos. Es por eso que para el establishment  es indistinto cuál de los partidos gana.
Macron parece hoy el caballo del comisario. Es el niño mimado de todos los medios de comunicación y cuenta con el apoyo de los figuretti. Joven, más o menos bueno mozo - onda Peña Nieto. Supercoacheado, con el fin de pelearle electorado a Le Pen, no habla de partido, sino de “movimiento” y formula un vago nacionalismo.
Mélenchon es el clásico miembro de partido de izquierda. Fue soporte de Mitterrand. Sus propuestas son clásicas de la izquierda: reducir horarios laborales, subsidios y aranceles.

Fillon y esposa, acusados de malversación de dineros públicos.
  • Fillon
François Fillon, de 62 años, miembro del Partido Republicano de centro derecha (que llevó a Sarkozy a la presidencia como Unión por un Movimiento Popular), fue ministro de Trabajo, de Educación y Primer Ministro bajo la presidencia de Sarkozy. Ganó la interna del partido el año pasado, donde Sarkozy salió tercero.
Iba adelante en las encuestas, junto a Le Pen y Macron hasta que hace un par de meses atrás fue acusado, y actualmente procesado, por malversación de fondos públicos.
En particular se le acusa de contratar a familiares en su equipo de diputado europeo en carácter de ñoquis.
Es un hombre del sistema. Si no fuera por las acusaciones de desfalco, podría haber sido el que le dispute el lugar a Macron. Pareciera que tiene el boleto picado. Aún así, las encuestas, por lo que ello valga, le dan un 18%.



  • Le Pen
Marion Anne Perrine Le Pen, conocida como Marine Le Pen, de 49 años, abogada, madre de tres hijos, dos veces divorciada. Trabajó brevemente como abogada en un estudio de cierta importancia, luego abrió su propio buffete con poca suerte, para ser luego defensora oficial. Dejó el cargo para pasar a formar parte del partido. Fue electa concejal y posteriormente diputada en el Parlamento Europeo, cargo que ocupa actualmente.
Tercera y última hija mujer del fundador del Frente Nacionalista, años atrás logró la presidencia del partido. Modernizó el frente de derecha. Desconoció el pasado petainista para declarse degaullista; abjuró de ciertos baluartes que defendía su padre, en particular el antisemitismo y la defensa de una agenda católica (contra el aborto y el matrimonio homosexual).
Actualmente tiene una agenda nacionalista clásica: defensa de la industria y el trabajo francés, salir de la moneda única (euro), tener una relación más distante con la Unión Europea, política de incentivos para el campo y para la industria. Propone frenar la inmigración. En contra de la política multiculturalista y pro inmigración masiva defendida por Alemania (y seguida sumisamente por Hollande). Se autodefine como republicana y pretende recuperar “la soberanía” francesa, esto es, decisiones que se delegaran en el gobierno de la Unión Europea luego del Tratado de Lisboa. Prometió, en caso de ganar, llamar a un plebiscito para dejar el euro y recuperar la moneda francesa.
Meeting político del Frente Nacional.
En cuanto a política internacional, define a la Unión Europea como un proyecto tecnocrático que amenaza las libertades individuales, propone una política multilateral, denuncia las afinidades de los tecnócratas con las multimillonarias monarquías árabes; sostuvo que Francia debía romper relaciones con Qatar y con las monarquías saudíes que financian al fundamentalismo islámico. Se autodefine como rusófila. Criticó a las autoridades de su país cuando le negaron asilo a Snowden. Apoyó el Brexit, a Trump y al partido nacionalista holandés. En cuanto al África y las ex colonias francesas propone que se colabore con un plan de desarrollo africano y romper con la práctica francesa de la corrupción. Deplora la pérdida de la francofonía en el mundo.
Defiende un estado laico y propone suprimir prácticas religiosas en edificios públicos como la comida hallal en comedores escolares públicos y el horario separado en las piletas municipales para niñas y niños.
Respecto al islam propone congelar la construcción de todas las mezquitas en curso hasta que no se transparente la financiación de las mismas. Propone la prohibición del uso de hijab y burqa en espacios públicos.
En cuanto al judaísmo, el Frente Nacional evolucionó desde un partido catolicón en la década del 70 a un partido pro israelí actualmente. Los judíos franceses, aproximadamente 500.000, ven con preocupación el crecimiento del fanatismo musulmán antijudío. Algunos de ellos ven al Frente Nacional como una alianza táctica posible. Ver nota de Schapire aquí.
Le Pen y Putin.
Claramente, con o sin razón, es la enemiga del establishment defendido por la totalidad de los otros partidos. Esto es, por mantener el status quo de la relación entre empresas, bancos y estado, con el estado dando dinero a las empresas y banco, y cubriéndolos cuando estos presentan alguna dificultad (lo que es siempre ya que están quebrados). Para el establishment la defensa de la Unión Europea es fundamental, así como mantener la agenda del globalismo de Davos.
En 2008, Mittal ferme l'aciérie de Gandrange puis,
pendant la crise, stoppe la production de ses
deux hauts-fourneaux lorrains.
Voy a dar un ejemplo. En Alsacia se instalaron, desde hace siglos, las siderúrgicas y metalúrgicas, porque es la zona en donde hay hierro (arrabio) y carbón. Alsacia fue siempre disputada entre Alemania y Francia por esa razón. Quien tiene Alsacia, tiene armas. Hace diez años atrás el gobierno decidió deshacerse de las acerías, las que vendió a una siderúrgica india (de la India). Ésta la compró y a continuación la demolió. Sin embargo Alemania sigue con su industria siderurgia. Si hubiera un ejército europeo, como Alemania quiere, el acero vendría de Alemania, Suecia y en menor medida, del país vasco español. No de Francia.
Este tipo de cosas preocupan a algunos franceses que ven que la agenda de los políticos van por otros carriles que lo que la población considera importantes.


Los sondeos, y con esto termino, sostienen que más del 30% de los menores de 30 años votarán a Le Pen. El desempleo de los franceses entre 20 y 30 años asciende al 25%, Y los políticos, partido tras partido, no dan en la tecla y a lo único que atinan es a atraer, bajo diversas prácticas, a extranjeros, competencia directa de estos jóvenes.


  1. Futuro
No sé qué va a pasar.
Hay 1,5 MM más de inscriptos a votar que en las elecciones de 2015. 784.000 son anotados de oficio por el Ministerio del Interior, son los que cumplieron 18 años entre ambas elecciones.
El resto son personas mayores que se anotaron voluntariamente. Desconozco cuántos de ellos son musulmanes inmigrantes que hayan obtenido la ciudadanía. Son datos que el Ministerio del Interior sí tiene.
En la última elección fue a votar el 50% del padrón. No se sabe qué porcentaje irá a votar ahora.
Creo que Le Pen mejorará notablemente el 27%, último valor obtenido. Porque con los atentados musulmanes de los dos últimos años hay franceses que se cansaron, porque la desocupación no disminuye, todos los partidos tradicionales tienen la misma receta y porque el Frente Nacional hizo una plataforma menos ultramontana, más de centroderecha. La falta de gancho del candidato de la derecha, Fillon, también la ayudará.
Por lo que creo que llegará al 30% o cerca.


El tema es la segunda vuelta. Creo que allí los partidos políticos - acá diríamos “la casta política” - defenderá a alguno de los suyos, cualquiera, que siga con la agenda que favorezca a los burócratas de Bruselas, a ELF,  a las empresas que están en África, a la banca, a las compañías de seguros, etc., etc., etc., delegando a Le Pen al segundo lugar, contra quien sea que juegue, probablemente Macron.
Si Francia se va de la Unión Europea es el fin. Quedaría “Alemania y sus sirvientes”. Y eso no le conviene a mucha gente.
Por otro lado, a diferencia de Gran Bretaña, en Francia hay mucho empleado público. Directo (empleados ministeriales) o indirecto (actores que reciben subsidios, artesanos ídem, cantantes de ópera, profesores universitarios, becarios, la lista es interminable). Los medios de comunicación están en bloque a favor de los candidatos del sistema.
Esto hace que probablemente el resultado no sea exactamente el del Brexit.
Pero los votos son cuantitativos. Y la gente que vive de la teta de Bruselas es mucha, cuantitativamente, y con poder, es decir que su voz sí se oye.
Veremos.

* * *


Continúa en MACRON.


* * *


[1] Actúan cual Borgs (sólo para trekkers).
[2] Equivalente a la elección de gobernadores nuestra.
[3] Sí, los franceses tienen decenas de ministerios y subministerios y ministerios de menor cuantía, supongo que eso quiso imitar Macri cuando asumió.
[4] Los detalles de Elf y la connivencia de políticos franceses se puede leer en “Las islas del Tesoro”, de Nicholas Shaxson, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2014, capítulo VIII, pág. 253 y ss. Recomiendo leer ese libro de punta a punta.


2 comentarios:

  1. Aunque sin corolario claro (porque la realidad en este momento no tiene corolarios claros), excelente análisis. Además de "primer" para los logis que no tenemos mucha idea de la movida en Francia.
    Más allá de cualquier pronóstico, espero que gane Le Pen.

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    Respuestas
    1. También me gustaría. Pero no sé si le dan los números.

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