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domingo, 5 de marzo de 2017

Cambio Climático II

El Peor Acuerdo de la Historia:

U$S 1.500.000.000.000 por Año para Reducir el Calentamiento Global en 0,048°C



the cost of climate change
PATRICK LIN/AFP/Getty Images
Por JAMES DELINGPOLE 10 de Noviembre de  2015
Traducción: Hyspasia

Nota de la Traductora: Como me comprometí hace unas semanas, voy a traducir artículos sobre el cambio climático.
La situación de los argentinos es contradictoria: en los últimos años, durante el narcogobierno de los K, no se habló de este tema por los fuertes lazos de intereses entre los funcionarios y el negocio petrolero, llegando al extremo de fomentar la importación de autos a nafta de Brasil cuando nosotros producimos biodiesel. Argentina exporta biodiesel, aceite de soja para fabricar biodiesel y pellets de soja con el mismo fin. El costo de este servicio al mundo fue perder mercados cárnicos, y lo peor, perder el aprendizaje, que se transmite de hombre a hombre, del noble arte del pastoreo (husbandry) del que nuestro país supo ser non plus ultra, abandonar la industria láctea y todo producto agrícola boutique. Debemos saber, además, que China compró cientos de miles de hectáreas para hacerse su propia soja, por lo que nos va a dar una patada más pronto que tarde.
Por el otro lado, no está mal diversificar las fuentes de energía eléctrica, ya que las petroleras son lo peor de lo peor. Nuestro país tenía una oferta diversificada: represas, nuclear, gas, fuel oil. Eso fue destruído por los K. También es cierto que, estafa o no, con las energías alternativas, la Argentina posee uno de los mayores yacimientos de litio del mundo (entiendo que Cristina Fernández, sin licitación, lo concesionó a Toyota).
En cuanto a los abogados ambientalistas, todo bien. Pero aquí son los únicos que se ocupan del derrame de cianuro de las mineras.
Y si los defensores del cambio climático son tipos como el rabino Bergman, no cuesta pensar que todo es una gran estafa.
Sea o no una estafa todo esto de las energías alternativas, si vamos a hacer negocios, debemos saber de qué se trata. No es lo mismo vender buzones que comprarlos.
Ahora sí, el artículo de Delingpole.



James Delingpole

Bjørn “Ambientalista Escéptico” Lomborg ha hecho algunos números sobre el calentamiento global - y es peor de lo que pensábamos.

Aún si cada Nación del mundo adhiriera a los compromisos sobre cambio climático, para el año 2030 la única diferencia que provocaría en el “calentamiento global”  para el final de la centuria sería reducir la temperatura en 0,048°C.
Esto es la vigésima parte de un grado centígrado (1/20 °C).
Pongamos esto en perspectiva.
Este año, Climate Change Business Journal [*] calculó que el costo anual de la industria del calentamiento global costó U$S 1,5 billones.
Si usted quiere saber en numerales cómo se ve:
U$S 1,500,000,000,000.-
Y si quiere tener una mejor idea de cómo se ve conceptualmente, le recomiendo esta visualización infográfica.
Para ponerlo de otra manera, aún si usted gastara un millón de dólares cada día desde el nacimiento de Jesús, usted sólo estará a menos de la mitad de camino de esos U$S 1,5 billones.
O, si lo quiere poner de otra manera, esos U$S 1,5 billones es la misma cifra que gastamos anualmente en comprar en internet cosas que queremos y necesitamos.
La gente de Occupy nos invita sentirnos amargados y enojados y estafados por los U$S 700 miles de millones que costó salvar a los bancos de EEUU luego del crash del 2008 - y tal vez tengan razón. Pero al menos fue un pago de única vez. Con la industria del cambio climático estamos hablando más del doble de esa cifra, montos que se derrochan cada año.
Bueno, dije “derrochan”. Obviamente si usted pertenece a alguna de esas categorías que listo más abajo - a las cuales, por supuesto, un montón de simpatizantes de Occupy pertenecen, esto es, cuando tienen tiempo libre de sus manifestaciones diarias o no están ocupados en trenzar el pelo de sus sobacos - entonces usted puede sentir diferente.
Trader de bonos de carbono; académicos arrastrados; capitalistas buitres que picotean sobre el cadáver de la energía renovable; organizaciones ambientalistas; consultoras ambientalistas que se especializan en darnos testimonio “experto” en demandas, argumentando sobre las bases más espúreas que ningún pájaro o murciélago será afectado en el área donde se colocan las turbinas de energía eólica y que estarán más felices que nunca, en serio; funcionarios de “sustentabilidad” en cada nivel del gobierno; consultores que se adhieren a cada negocio para asesorar cómo se reduce la huella de carbono; compañías de relaciones públicas que se especializan en la concientización de un ambiente más verde; tránsfugas que cual perros con correa venden turbinas eólicas; abogados ambientalistas.
Esta es una lista que hice hace unos pocos meses atrás cuando escribí sobre el costo de U$S 4.000 millones por día de la industria climática.
Usted puede argüir - como sin duda lo harían neokeynesianos como Paul Krugman - que la existencia de esos no-puestos-de- trabajo son un fin en sí mismos.

Sí. En términos de utilidad a la sociedad o de su valor productivo, esos no-trabajos son, a grandes trazos, el equivalente a pagarle a personas para que hagan hoyos en el suelo con cucharitas de té y luego llenarlos, grano a grano, usando  pinzas y un baldecito con arena. Pero usted debe recordar que ésa es gente que de otra manera son inviables e incontratable. Porque con esas calificaciones sobre ciencia-basura no son capaces de enunciar una frase del tipo “Señor, ¿le gustaría agregar papas fritas a su pedido?” con el apropiado grado de amistoso servilismo. Y, de todas maneras, usted no puede confiar a estos tipos una caja de pajitas a rayitas, mucho menos el contenido de una caja registradora.

Estamos hablando de la clase de gente que, si no estuvieran en la nómina de paga de Big Eco, estaría comercializando órganos de prisioneros chinos o estafando jubilados con emails de Nigeria o entrenando delfines bebés en la Marina de Rusia para que se conviertan en torpedos cetáceos.
Así que, aparte de retener esas bolsas de mierda fuera de las calles, ¿qué obtenemos a cambio de ese I$S 1,5 billónes anuales de nuestro dinero el cuál es arrancado de nuestros bolsillos por nuestros gobierno para financiar la estafa de la industria del cambio global?
Bueno, aquí, cortesía de Lomborg, hay algunas cifras:
Cambio en Temperatura
°C año 2100
Pesimista
Optimista
US INDC
0.008
0.031
US CPP
0.004
0.013
EU INDC
0.017
0.053
EU 2020
0.007
0.026
China INDC
0.014
0.048
RoW INDC
0.009
0.036
Global INDCs
0.048
0.170
(INDC es la sigla de  Intended Nationally Determined Contributions (intención de contribuciones de cada nación) – tal como fue remitido para la Convención de París sobre Cambio Climático (COP21); CPP es la sigla de Clean Power Plan (plan de energía limpia); RoW es la sigla de Rest of World (resto del mundo).
Hemos hablado del costo financiero de estas políticas. Sobre lo que no hemos mencionado todavía es sobre los costos sociales: cientos de miles prematuramente muertos por la pobreza que trae la “energía limpia”; la vida silvestre cortada en pedacitos o freída, tanto los murciélagos rebanados por las palas de los molinos de viento, como los pájaros asados por los rayos solares, los paisajes remotos arruinados por turbinadas conectadas por una grilla de cables, los millones de horas hombre gastadas en reciclado; la polución en aumento debido a un mal uso de la categoría de la unión europea de “baja huella de carbono” en los autos diesel; los bosques y las selvas talados para dar lugar a cosechas de biocombustibles, el uso de la ciencia para fines políticos; el innecesario pánico inducido a una generación o más de niños; el asalto producido al progreso económico; la destrucción de las selvas americanas para crear carbón de madera para quemar como biomasa; el hostigamiento y el vilipendio y el desfinanciamiento a científicos escépticos; el desvío de los escasos fondos públicos a campos de la ciencia intelectualmente quebrados como “la ciencia climática” [**] ; la corrupción de instituciones que alguna vez supieron ser prestigiosas, como la NASA, la Royal Society, el servicio metereológico [británico]; y otras más.
Toda esta destrucción y expendio sólo para reducir la temperatura del mundo - en el más optimista de los escenarios - en 0,017°C.
Hay U$S 1,5 billones para recortar, en el mejor de los casos un quinto de grado centígrado de aquí al final del siglo.
No soy hombre de negocios pero suena como un pobre trato en cualquier idioma.
* * *

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[*] Diario de Negocios sobre el Cambio Climático.

[**] Nota de la Traductora: Agrego que lo mismo sucede en las escuelas que en lugar de enseñar materias nobles como Química, Biología, Botánica, Zoología, Física, hacen una aproximación tántrica-hispter-pachamamánica del ambientalismo (el cual, dicho sea de paso, sí puede ser abordado con rigor científico).

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