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domingo, 4 de septiembre de 2016

A los botes

Mar Picado


La última frontera
Fragata ARA Libertad.


A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene
me dejaron mojadita
las olas que van y vienen.
Canción Popular Asturiana
Versión de María Elena Wash y Leda Valladares [1]
Versión de Hortensia Pulcra [2]


La República Argentina consolidó su territorio actual hacia el final del gobierno de Avellaneda, con la Conquista de la Patagonia y  poco después con la ocupación definitiva del Chaco. Así las cosas, hacia 1900 nuestro territorio era más o menos lo que es ahora.
Con Alfonsín y Menem se cerraron las últimas diferencias con Chile [3] .
Queda una única controversia con el Reino Unido sobre las islas del Atlántico Sur.
Excepción a esta Pax Rocae: los enclaves [4].


La debacle
La Argentina supo ocupar su mar y sus ríos. Nació por mar, de donde descendieron los españoles. El Reino de España supo tener la más poderosa flota de Occidente [5].


Almirante Guillermo Browin.
La Argentina comenzó su Armada comprando buques a los ingleses durante las guerras de la Independencia. Heredamos al Almirante Brown. Y aprohijamos a Bouchard.
A partir de entonces tuvimos siempre flota militar, generosamente pertrechada en ambas presidencias de Roca. Con la Corbeta ARA Uruguay se rescató a la expedición de Otto Nodenskjöld.
A principios de siglo existían flotas mercantes privadas (Mihanovich/Dodero) y posteriormente la estatal ELMA. Al terminar la Segunda Guerra Mundial la República Argentina poseía la tercera flota mercante del mundo, como consecuencia de la destrucción de las restantes.
La Patagonia estaba conectada por mar. Hoy es infinitamente más caro llevar un kilo de yerba a Comodoro Rivadavia que hace cincuenta años porque...se lleva en camión.
A las ciudades sobre el Paraná se llegaba a través de una lujosa flota fluvial. Hoy no hay ni tren ni flota.
En el país había astilleros, que funcionaban. Y una prolífica industria naval privada de barcos de placer de las cuales quedan vestigios en la ciudad de San Fernando. Colegios industriales especializados como el de San Fernando.
Cuando nuestros fallidos gobernantes no pudieron emitir, ni aumentar los impuestos ni endeudarnos, recurrieron a vender nuestros bienes. Dentro de esas entregas por monedas cayó no sólo ELMA, los astilleros, los puertos secos que fueron envidia de los holandeses, sino todo nuestro comercio por el Paraná.

Hoy:
  • El transporte por el Paraná está íntegramente en manos paraguayas. No sólo ello sino que se hacen sus propias barcazas en la rivera de Santa Fe.

La Renga entrega dos bases militares.
Pide que la obra civil la haga su testaferro.

  • El transporte de ultramar - a diferencia de décadas pasadas, cuando la Argentina tenía una importante exportación industrial - está hoy compuesto casi exclusivamente por oleaginosas y cereales, pellets y aceites a granel. Pasamos de vender carne de primera calidad a vender comida para chanchos. La totalidad del flete está en manos extranjeras, en particular chinas. Si los chinos, por lo que fuera (*), decidieran boicotearnos, no le exportamos nada a nadie.
Imagen satelital nocturna de piratas.
Las luces que se observan a la altura de Santa Cruz-Chubut
 son las emitidas por los barcos piratas pescando de noche. 
Utilizan la luz para atraer a los peces.
  • La pesca. La Ley Solá condenó a la muerte a los armadores argentinos. Hoy el 100% de los armadores pesqueros son extranjeros. Mayormente españoles, que combinan la venta de pescado con el contrabando de drogas, el cual ingresa a Europa por Galicia. Esta ley ha hecho ricos a varios gobernadores patagónicos - y no únicamente a Kirchner -.


Consecuencias
Imagen aérea del Puerto de Ingeniero White, Bahía Blanca.
El comercio es trabajo. Transportar nuestros productos al mundo es exportación (tanto como el producto en sí) y una fuente de trabajo para los nacionales. Si a eso le sumamos los astilleros, en sus dos versiones: construcción y reparación-mantenimiento, estamos frente a una fuente laboral y de ingresos - y divisas - más que considerable. Salarios bien pagos, ganancias para el capital invertido, conocimientos. Una situación de ganar-ganar.
Actualmente el flete sobre el Paraná está en manos paraguayas. Los perjuicios son varios: no respetan las leyes argentinas, por lo que se producen numerosos episodios luctuosos. Pérdida de trabajo para los marinos argentinos y para el personal de a bordo (jerárquico y marineros) y de a tierra. Transportan las cosechas de Bolivia y de Paraguay. Pero las de Formosa y Chaco deben salir en camión, con los consiguientes costos. Es un tema no sólo económico y de fuentes de trabajo sino de independencia geopolítica.
La destrucción de ELMA se produjo ante la inacción de los sindicatos del sector. A cambio sus dirigentes se hicieron millonarios. Tanto lo que representan al personal de a bordo como a los portuarios.
Herme Juárez controla los puertos de Santa Fe.

La entrega de los transportes a los paraguayos y la aparición de raros personajes en puertos sólo puede asociarse a la connivencia de gobernantes y al narcotráfico.
La destrucción de nuestra flota de ultramar no sé a quién puede beneficiar. Supongo que a los chinos, que controlan el flete, y en los últimos años han comprado cerealeras (empresas comerciales intermediarias que venden cereal y oleaginosas de un país a otro). Pero creo que ellos sólo aprovecharon una oportunidad. La debacle fue previa al ingreso de los chinos como armadores a gran escala.
Pesqueros en el Puerto de Mar del Plata.

La pesca.
Se destruyó la pesca local. No sólo eso sino que los actuales armadores subieron artificialmente el precio relativo del pescado en el mercado doméstico para desalentar su consumo en el territorio nacional. Actualmente los argentinos comemos por habitante una fracción de lo que era habitual hace treinta años. Los excedentes (casi el 100%) se lleva a Europa, donde los españoles, además de percibir el precio, reciben subsidios. Win-win.
Acá se destruyeron a familias que vivían de la pesca, en particular desde la desaparición de la merluza. Los que sí tienen permisos, declaran sólo uno de cada dos barcos, y sí pagan jugosas coimas a los gobernadores. La ley Solá delega en las provincias la custodia de nuestros cardúmenes.
El segundo correlato, además de perjudicar a los trabajadores y propietarios locales, es la tolerancia a la piratería.
Supongo que la falta de persecución de los piratas pesqueros cuenta con algún permiso -ilegal, sotto voce- de gobernantes (como el proxenetismo o el narcotráfico o los desarmaderos de autos). Esto es, que funcionarios inescrupulosos cobran coimas para no controlar nuestro patrimonio. La custodia del Atlántico Sur es casi inexistente.
Los piratas son españoles, coreanos, chinos, japoneses y en muy menor medida, rusos. Con la única excepción de Rusia, que siempre ha sido un excelente cliente de nuestra carne, el resto de los países ponen remilgos para comprar nuestras proteínas bajo excusas sanitarias. Eso sí, se llevan gratis nuestras proteínas de nuestros mares.
Así que, en lugar de ocuparnos de lo que tendríamos que ocuparnos, esto es, de vender proteínas (no cereales u oleaginosas), dejamos que nos pirateen proteínas. De tal forma, esas naciones no tienen necesidad de comprárnoslas [6]. En el caso de España y Corea prohíben la importación de carne argentina, ante nuestro silencio, tanto por las trabas a la importación como ante la piratería.
Nuestros políticos - en particular la Cancillería - siempre mirando otro canal.
El Brexit nos da una oportunidad única de hacer un acuerdo con la FAO y con Gran Bretaña para poner orden en el Atlántico Sur.


Tomando posesión de nuestras propiedades
1. Conquistar el Desierto. Cubrirlo de árboles, de cabras, de ovejas, de chanchos, de camélidos, de ñandúes, de huertas, de viñedos y almendros, de abejas, de flores, de maíz y quinoa, de lavanda y frutillas, de escuelas, estaciones de ferrocarril, de hospitales, de salas de atención primaria, de comisarías y juzgados de paz, teatros y canchas de rugby, handball y hockey sobre césped, lo hablé aquí,

2. Conquistar el Mar.


Al mar

La propuesta es tomar posesión de nuestro mar, de nuestros ríos y cubrir nuestro comercio de ultramar. Dar una oportunidad laboral muy bien paga a miles de argentinos. Con su consiguiente multiplicación en tierra (puertos, astilleros, tratamiento de pescados).
Es una salida de negocios para los capitalistas argentinos, que, evidentemente, no encuentran oportunidad aquí y por ello sacan sus ganancias al exterior.
Es de importancia fundamental geopolítica: poder ocuparnos de sacar nuestras cosechas y colocarlas en los puertos de destino.
Pelear contra los piratas.
Para ello resulta imprescindible firmar la paz verdadera con Gran Bretaña. Porque debemos tener una flota poderosa para custodiar nuestro mar y ello no será posible sin el tratado de paz imprescindible.
No es imposible. Seguimos teniendo escuela de la Armada Argentina y la Escuela Nacional de Náutica Manuel Belgrano. Nobleza obliga, el gobierno anterior presentó la plataforma continental ampliada a la ONU y ésta la aceptó.


Propuestas
  • Custodia
Deberemos comprar flota para hundir barcos piratas (**). Para ello deberíamos comprar barcos a Gran Bretaña, a otros países. Dos tipos de buques, de guerra para la Marina y lanchas rápidas para la Prefectura, así como apoyo por aire. Tener un acuerdo previo con la FAO para la custodia de la riqueza ictícola silvestre para preservación de futuras generaciones.
  • Puertos y Flota Mercante
Armar un plan para que en 20 años el 70% de nuestro comercio sea en barcos de armadores argentinos privados. Modernizar la totalidad de nuestros puertos, en particular los del sur de provincia de Buenos Aires. Tiene un objetivo geopolítico, no podemos depender de otros para colocar nuestra producción.
Reconquistar el Paraná. Toda la producción del Litoral debe bajar en barcaza, el sistema más barato de flete. Tanto para la producción que se vende en los centros urbanos (Rosario/Buenos Aires) como la que se exporta.
Aquí se podría hacer una revolución de modernidad. Entrar de lleno al SXXI. Con barcos eficientes y puertos acordes.
Acordar con grandes astilleros (nórdicos y escoceses) a modernizar los existentes y hacer unos nuevos para proveer el enorme incremento de flota que se planea. De tal forma de comprar una parte (¿25%?) y construir el resto.
  • Pesca
Dejé para el final lo más jugoso.
La pesca argentina fue herida de muerte por la Ley Solá. Hoy el 100% de los armadores pesqueros no son argentinos.
Se propone un plan muy ambicioso:
Reconstruir la fauna ictícola del Atlántico Sur depredada por los piratas y por los españoles autorizados por el gobierno. Prohibir la pesca de altura, salvo escasísimas excepciones por un período largo, por ejemplo, 100 años. Involucrar a la FAO que puede llegar a ser socia en preservar la riqueza para el próximo siglo.
Hacerles saber a los países de los piratas que si ya vaciaron sus propios mares, tienen las siguientes opciones: 1) nos pueden comprar carnes rojas, 2) ir a robar peces a otros lados, 3) criar peces en un balde. Nosotros debemos resguardar la pesca para nuestros tataranietos del SXXII y los vamos a combatir.
Echar a todos los armadores españoles con licencia en la Argentina. A los que estén involucrados en el contrabando de cocaína, apresarlos. A los que no se les pueda probar, indemnizarlos y que se vayan.
Admitir únicamente la pesca de costa con barcos pequeños manejados por familias y una controladísima y escasa pesca mar adentro. Esta limitación correrá tanto para el litoral marítimo continental como para las islas Malvinas. Implica una clara limitación en el tamaño de las redes, de sus tejidos, las zonas autorizadas, etc. Es posible. Hay mucha gente que sabe de esto. Exportaríamos menos toneladas de pescado pero a mayor precio el kilogramo.
Avanzar en la icticultura. Y en particular en las granjas de moluscos, que puede llegar a ser un furor económico en Tierra del Fuego.
Para poder custodiar esta riqueza debemos pertrecharnos hasta los dientes. Gente tenemos, nos faltan embarcaciones y armas. Por lo que es imprescindible arreglar con los ingleses, caso contrario boicotearán todas las compras y todo el proyecto en sí. Una posibilidad es ofrecerles comprarles a ellos. Puede llegar a representar trabajo para los astilleros escoceses.
Y sobretodo, ofrecerles que en el Atlántico sur sólo estará Occidente. Lo que les conviene a ellos y a nosotros. Fuera los chinos de la Patagonia.
Por otro lado, los ingleses que votaron Brexit estarán de acuerdo en arruinarles el negocio a los españoles, como los gallegos se lo arruinaron a los pescadores británicos.
Es imprescindible un acuerdo global y general con Gran Bretaña, pero eso es otro post.
Esta conquista del mar y del río implicará:
  • posibilidades de negocios para propietarios argentinos.
  • trabajo calificado y bien pago.
  • exportaciones.
  • control de nuestros ríos y mares, hoy en poder de narcotraficantes y piratas.
  • preservar nuestra riqueza ictícola para nuestros descendientes.
Riqueza para nosotros y para nuestra posteridad, como precepta el Preámbulo de nuestra Constitución.


* * *


¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

“Galope” de Rafael Alberti



* * *
                                          
* * *


[1] Versión de Leda Valladares y María Elena Walsh de la segunda estrofa:
Ay, mi dulce amor,
ese mar que ves tan bello,
ay, mi dulce amor,
ese mar que ves tan bello
es un traidor.

[2] Versión de Hortensia    de la segunda estrofa:
Ay mi dulce amor
Ese mar que veis tan bello
Ese es mi dolor
Ese mar que veis tan bello
Es muy traidor

[3] En 1893 los gobiernos de Argentina y Chile firmaron un protocolo de límites que concordaba que la frontera patagónica se definiera por divisoria de aguas. Los territorios bajo glaciares - Hielos Continentales - eran de difícil la demarcación. Se finalizó en 1998.
[4] Ahora sí, gracias a los gobiernos narcos y progrepelotudos, perdimos la soberanía sobre porciones de nuestro territorio, donde no entra la policía y existen donde estados paralelos, enclaves con población extranjera, pero eso es otro cantar. Tratado aquí. Existen otros enclaves donde el Estado no entra, sobre los que no me he referido: las zonas francas.
[5]  Recomiendo enfáticamente el erudito libro de Hugh Thomas, historiador inglés que hizo un estudio pormenorizado de la construcción del imperio español. Se percibe claramente la importancia de la cultura marina: astilleros, escuelas de náutica, comerciantes, guerreros. “El Imperio Español”. Ya que estoy recomendando, pocas veces leí algo mejor que “Historia de la esclavitud en el Atlántico”, ayuda, como pocas cosas, a entender América, Brasil en particular y Europa.”The Slave Trade - The Story of the Atlantic Slave Trade 1440-1870”, traducido a algo así como “La Trata de Esclavos”.

[6] Si esto no lo supe explicar, por favor, díganmelo que lo reformulo. La cuenta es así: Corea no nos compra carne de vaca porque ñeñeñé. Pero no tiene ningún prurito para robar pescado. Si quieren darle de comer a su población, que nos compren carne de vaca, cerdo, pollo, huevos, quesos. Pero no pescado.
(*) Por ejemplo, si los echamos de las bases militares en la Patagonia y en Cuyo.
(**) No puedo evitar recordar "Las majas del bergantín" de Les Luthiers.

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